Hoy la pequeña me ha dado un susto de inocente inocente.
Os cuento: estaba yo en la ducha aclarandome el pelo y como sabréis en esos momentos solemos tender a cerrar los ojos para que el jabón no nos entre en los ojos.
Cuál ha sido mi sorpresa cuando de repente y estando con los ojos cerrados he notado "algo peludito" rozando mis piernas. Abro los ojos, agacho la mirada y adivinad ¿quién quería ducharse también?.
Para habernos matado las dos. La he tenido que pasar totalmente por agua por miedo a que hubiese caido jabón encima de ella. Pero es que aún y todo la enana pellejuela no se ha ido fuera del baño sino que se ha quedado en la alfombrilla acicalándose después de que la secara con la toalla.
Ainssss, a esta coneja le gusta la ducha (habráse visto)
